sábado, 18 de julio de 2009

MARGINACIÓN, DESIGUALDAD Y ECONOMÍA

Enunciar los factores que garantizan el aprendizaje en México resulta una tarea compleja sin el entendimiento de lo que es la calidad; ésta se entiende como: “un método de gestión cuyo objetivo es incrementar la satisfacción de los usuarios y responder a sus necesidades a través de la mejora de los productos y servicios y, como consecuencia, de la organización escolar[1]”; esto no quiere decir que el país maneje los procesos que atañen a la educación con facilidad y excelencia sino que la delimitación de una nación que está en vías de cosechar la calidad educativa establece una serie de pasos que deben ser desarrollados de forma previa a la satisfacción de frutos.

Los pasos se entienden como un sistema híbrido del proceso administrativo que permiten el acceso a mediano plazo del objetivo final, dentro de éstos pasos tenemos: Diagnóstico, Ubicación de necesidades, Planteamiento del Sistema de mejora, Implementación del Sistema de Mejora, Evaluación y Feed Back.

De forma aparente el problema de la educación básica en México estaría resuelto con la aplicación de un sistema administrativo como el antes mencionado, pero ¿Por qué el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB) firmado en 1992 no ha dado frutos?. Claudia A. Santizo Rodall menciona en su artículo: “Escuelas y Capital Social en México” que la respuesta involucra múltiples factores, dentro de lo que destaca la toma de decisiones en las comunidades escolares; la situación antes mencionada de forma breve permite vislumbrar el concepto de desigualdad debido a que la toma de decisiones, las políticas públicas y la reestructuración de sistemas que se apeguen a los estándares de evaluación de organismos internacionales no satisfacen el problema de la marginación.

En éste punto es pertinente establecer a partir de una visión particular que la desigualdad social en aspectos económicos merma los resultados educativos, transformando los objetivos en procesos burocráticos que no resuelven el aspecto de la calidad desde una visión más entrañable; aunque en esencia las pretensiones de las políticas públicas digan lo contrario; pero –haciendo énfasis en el tema principal del ensayo- ¿Qué es la marginación?.

El diccionario de la Real Academia define marginación como: “Acción y efecto de marginar a una persona o a un conjunto de personas de un asunto o actividad o de un medio social”[2]; ésta definición nos permite observar –aunque de forma llana- que los personajes que viven en marginación son aquellos que carecen de acceso a la educación, ingresos monetarios suficientes, vivienda, servicios, etc.; hay que resaltar que el gobierno federal a través de la CONAPO[3] realiza estudios mediante los cuales se determinan indicadores de las condiciones sociales en el país, por tal motivo el sustento del desarrollo económico no favorece la equidad educativa de la nación, obligando a los actores políticos a la reproducción del conformismo educativo.

Walter Benjamin[4] advertía que toda época debe liberar a la tradición del conformismo que amenaza con sepultarla; ésta ideología –aunque fuera de contexto- permite resaltar la necesidad de unificar criterios dentro del país antes de estandarizar resultados con otras naciones que han logrado abolir –en cierto grado- la marginación.

En éste caso el establecimiento de un programa de concientización social enfocado en la importancia de la educación, permitiría a la población hacer conciencia sobre la necesidad de profesionalizar el quehacer cotidiano que a largo plazo garantizaría la calidad de vida a partir de la distribución adecuada de las actividades laborales.

El entendimiento de la distribución laboral parte del supuesto de que el gobierno distribuye el gasto público de tal forma que permite el desarrollo integral de la sociedad, para esto es necesario entender la Ley de Coordinación Fiscal: participaciones y aportaciones; que muestra la manera en que se destina la parte proporcional del gasto a los diversos programas que se desarrollan dentro del país. La situación antes mencionada fuera de esclarecer los procesos de distribución nubla el mismo permeando a la federación de organismos que protegen la política antes que a las necesidades sociales ocasionando el nulo avance de la nación en su lucha contra la marginación.

La educación –hasta este punto- parece ser la única solución para generar crecimiento en todos los sentidos, pero hay que resaltar que en cuestión académica, la nación sólo tiene capacidad para dar cobertura a un 25% de la población prospecta a recibir dicho servicio. Por lo antes mencionado basta con revisar las estadísticas de los jóvenes inscritos y no inscritos de las escuelas que hay en el país (información que maneja el gobierno) para observar éste fenómeno –obviamente cruzando los resultados con el universo poblacional-.
Sin duda como se ha estado manejando –en éste cúmulo de aberraciones-, la inversión intelectual es la única salida para generar progreso, debido a que como una cadena de reacciones, el incremento en la inversión educativa obligaría al país a construir más escuelas e incrementar la cobertura educativa, reflejando no sólo un aumento intelectual sino que en situaciones laborales, la construcción de nuevos planteles permitiría abrir nuevas plazas de trabajo en construcción, diseño, organización, dirección y todo lo necesario para que el proyecto antes mencionado se lleve a cabo, incitando a la desaparición de la marginación y abriendo paso para el establecimiento de la calidad en los procesos futuros de planeación.
[1] Farro, Dr. Francisco. “Indicadores de Gestión y Calidad educativa”; Seminario-Taller de Educación Inicial de la USE de Ate-Vitarte. Perú 2003
[2] http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3&LEMA=marginacion
[3] Consejo Nacional de la Población
[4] Benjamin, W. “Ensayos escogidos”, México 2001

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