sábado, 18 de julio de 2009

CONTEXTO ECONÓMICO Y EL DESARROLLO INSTITUCIONAL EN LA GESTIÓN LOCAL

El contexto económico de la nación obliga a los actores educativos a verse inmersos en un ambiente de información alterada, que permite la entrega de resultados satisfactorios a cambio de la perpetuidad de los puestos laborales; esto quiere decir que las personas que trabajan en las instituciones públicas se ven obligadas a entregar resultados que en documento denotan el avance académico y educativo -aunque en la realidad sea falso-, esto se fundamenta cuando observamos que la condición de la educación no genera cambios en la calidad de vida, basta con revisar los resultados de las pruebas estandarizadas EXCALE ó ENLACE donde los personajes expuestos a estas evaluaciones tienen un rendimiento bajo.
En cuestión laboral, el personal que desempeña actividades académicas y/o administrativas una vez resultando insuficientes después de la evaluación asignada a medir el desempeño, modifican los escenarios para satisfacer de forma adecuada al sistema educativo, generando documentos inservibles que no muestran la realidad de la situación educativa.
La descripción económica de la educación presupone el conocimiento de lo que se entiende por institución desde una visión particular, con la finalidad de vincular el desarrollo de la misma con las barreras que lo provocan.
Se entiende a una institución como una entidad que opera a través de un plan de trabajo previamente establecido, desarrollando funciones y actividades que garantizan la pertinencia de la misma, pero, las disoluciones teóricas –aunque sean magnificas- no garantizan un desarrollo aceptable en la praxis, debido a que en pocas ocasiones se conoce a la población con la cual se lleva a cabo dicho plan, originando que el antes mencionado, se deforme, ocasionando un híbrido que arroja resultados “satisfactorios” pero no esperados.
A partir de ésta situación los planes van sufriendo pequeñas modificaciones que con el paso del tiempo cambian por completo lo que en principio se perseguía; en un análisis rápido se puede determinar que una institución es funcional si cumple con el proceso educativo, dado que en una visión corta lo que importa es que la población estudiantil egrese, pero ésta situación encuba más problemas de los que resuelve, desde el momento que la entidad pretende tener miras hacia el crecimiento.
Una institución que busca el progreso se enfrenta como inicio al entendimiento de su filosofía que como se espera en un balance previo ésta es distinta a lo que opera. El problema antes mencionado no tiene mayor complicación si se piensa en una filosofía que se adecue a las actividades cotidianas, pero el precio de ocupar soluciones rápidas denota la falta de visión que tiene la institución, por tal regresamos al punto de la filosofía pero ahora visto como un gran problema que debe ser corregido con planes que fortalezcan la filosofía.
¿Cómo se gestiona el cambio de labores para que sean pertinentes con la filosofía?
Pareciera que no es tan difícil si la información se baja a los subordinados para que realicen sus actividades de la forma conveniente a los planes institucionales, pero otra vez se vislumbra un problema cuando se piensa en el modo de operar, dado que esto requiere de un proceso de evaluación por: área, actividad, personal académico y personal administrativo, al ser un mecanismo nuevo.
La cultura organizacional es un modo de vida dentro de una institución que no se modifica en días, semanas o meses sino que es un proceso que puede llevar “años”, de aquí que las conductas en el cambio no son satisfactorias por la forma en que se enfrenta a la comunidad estudiantil a un modelo desconocido y que dudan sea el idóneo para su desarrollo académico; en lo laboral –se habla de la comunidad administrativa- la postura puede ser parecida ó la misma a la anterior por lo que un cambio radical podría ser catastrófico.
Se observa un panorama distinto cuando se tiene una institución que desde el inicio de su vida útil no modifica planes ni objetivos marcados en su filosofía, lo que supone que en cuestiones de ética empresarial ha cumplido.
Los tiempos que acontecen a los días presentes no permiten la radicalidad ni exclusividad de ideas, por lo que un plan que ha funcionado de forma adecuada durante varios años nos denota dos posturas: 1) Un plan perfecto 2) Un plan sofisticado. El primero nos habla de una serie de pasos que imperan la perfección de la actividad, mientras que el otro nos dice que resolvió de forma asertiva los devenires que su comunidad estudiantil tienen en lo que a dinámicas –cotidianas- académicas refieren. La postura global apela a las anteriores por considerarlas inadecuadas, debido a que lo primero es falaz en el sentido de que un mundo que esta en constante cambio no tiene cabida para un sistema estático, mientras que el segundo nos dice que tiene un tiempo de vida corto, lo que indica que no esta preparada –postura- para una situación diferente.
El escenario antes mencionado carece de puntos que permitan la absolución de arcaico debido a que al no someterse a distintos cambios no posee la capacidad para ser una institución educativa de vanguardia.
Según lo anterior todo tipo de institución debe demostrar que es una escuela que cuenta con mecanismos estandarizados que permitan la formación académica de calidad por lo que resulta importante mencionar de forma general que actualmente existen estándares para describir lo que es una entidad de calidad, para esto se menciona a FIMPES y ANUIES dos de las instituciones encargadas de mencionar –y acreditar en uno de los casos- los procesos de calidad en la educación superior, mediante la evaluación de las funciones docentes y administrativas.
Como se menciono en el primer párrafo –aunque de forma indirecta- la reestructura económica de la nación y la asignación laboral adecuada permitirá a las instituciones educativas desarrollarse satisfactoriamente sin el temor de los actores de defender su fuente de ingreso por ser la única a la que tienen ingreso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario